Bodegas Pincelo

Entrevista a: Alfonso Regal Teijeiro, propietario de Bodegas Pincelo

“El mundo del vino fue el que empezó a “vender” la Ribeira Sacra como una zona diferenciada”

Alfonso Regal Teijeiro es el digno heredero de unos padres pioneros en el mundo del vino en la Ribeira Sacra. Con una mente abierta y permanentes inquietudes que le llevan a mejorar constantemente su producto, el propietario de Bodegas Pincelo se muestra optimista con el futuro de los vinos de la zona, aunque considera que queda mucho camino por andar, sobre todo en aspectos como la promoción

IMG_1496 copia-w¿Es cierto que Bodegas Pincelo fue un poco el germen de la Denominación de Origen Ribeira Sacra?

Se dice eso porque Pincelo fue la primera bodega en decidirse a transformar la forma de elaborar el vino que se hacía hasta ese momento en la provincia de Lugo. Hasta ese momento lo que se hacía era vender casi todo el vino, en los meses de noviembre y diciembre, en las provincias de Lugo y Ourense, en barriles grandes de 500 litros. Cuando empieza a cambiar ese planteamiento de que el vino que se produce aquí tiene otra calidad y cualidades que le permiten elaborarlo de otra manera, es cuando nosotros empezamos a trabajar de esa forma, en otro formato, elaborando vino para embotellar.

¿Cuándo nació Pincelo?

Pincelo nació como bodega en 1985, pero mi familia ha estado toda la vida metida en este mundo, mis padres, mis abuelos. Todavía recuerdo cómo íbamos desde este pueblo, Pincelo, hasta Belesar en unas barcazas, que llevaban 2.500 o 3.000 litros, y sacábamos el vino remando porque aquí no había ni carretera, ni pista, ni nada. Siempre nos dedicamos a esto, al vino, y también a las cerezas.

¿Y la denominación de origen cuándo se fundó?

Como Viños da Terra en el año 93, como Denominación de Origen en 1996. Nosotros empezamos en 1985 y tres años después ya empezaron otras bodegas a embotellar. De esa unión y contactos que hubo con la Administración en Lugo, nació el embrión de lo que posteriormente fue la Ribeira Sacra. Creo que la Denominación de Origen, si no recuerdo mal, empezó con 13 bodegas. En esta zona al principio había muy poca inquietud por transformar la manera de elaborar, al contrario, a nosotros nos llamaban de todo menos bonitos (risas). Pensaban que lo que estábamos haciendo iba a acabar con el mundo del vino aquí y se preguntaban cómo se iban a vender nuestros vinos como los de fuera… Al final tampoco estábamos tan equivocados cuando ahora ya hay un centenar de bodegas.

Su familia ha sido pionera en muchas acciones en torno al vino, siendo su madre una de las primeras en sacar a la venta un vino ecológico

Mis padres siempre fueron unas personas con iniciativa. Mi padre siempre apoyó a mi madre en todas las inquietudes que ella tenía en relación con el mundo del vino, y tanto mi hermano como yo hemos estado ahí, colaborando y muchas veces desarrollando lo que nuestros padres ideaban. En el año 2000 fue cuando mi madre empezó con el tema de hacer un vino ecológico, que fue el primero de Galicia, y ahí está, recibiendo premios.

¿Qué tipo de vinos son los que hacen en Adegas Pincelo?

Ahora mismo estamos elaborando tres marcas de vinos, la primera que salió fue “Pincelo”. Después sacamos una segunda línea, un poco más económica, con la que dimos respuesta a los viñedos más jóvenes, porque Mencía es toda, pero no toda tiene la misma calidad y sabe igual. Los viñedos jóvenes son Mencía pero no sabe igual que unos viñedos que tengan, por ejemplo, 50 años. Así que lo que hemos hecho en la elaboración es diferenciar ese tipo de calidades. También hemos hecho otro vino para recordar un poco el origen de la bodega, para el que hacemos una selección de uva, se llama 1985 Origen. El primer año que lo elaboramos fue en 1997, está seis meses en depósito, seis meses en botella y se comercializa siempre un año y medio más tarde. Nuestra mejor promoción está en los consumidores finales, tenemos clientes desde hace muchos años que son los que más valoran nuestro producto y hablan de él.

¿Dónde están sus principales clientes, en Galicia?

En la bodega producimos unas 50.000 botellas y vendemos en toda Galicia. También exportamos ya que enviamos desde hace muchos años nuestro vino a Méjico y Brasil, en cantidades muy pequeñas, claro está. En Galicia se habla muy alegremente de exportación pero creo que, excepto alguna bodega de Rías Baixas y alguna del Ribeiro, la exportación aquí es casi testimonial. Somos bodegas pequeñas y lo que podemos mandar fuera es muy poco. De todas formas, también es cierto que a veces nos resulta más fácil vender fuera que conseguir entrar en un mercado nacional como puede ser el Levante. En nuestra bodega, los destilados se venden muy bien, pero los vinos tintos cuesta muchísimo sacarlos fuera de Galicia. Hablo de tintos, que los blancos son muy apreciados.

¿Y no nota un aumento del interés hacia los vinos de esta zona, al entorno…?

La verdad es que sí, la Ribeira Sacra está llamando la atención en el mundo en todo su conjunto, y quizás ese germen haya sido el vino. Hay que reconocer que fue el mundo del vino el que empezó a “vender” la Ribeira Sacra como una zona diferenciada, y con un gran potencial, no sólo en viticultura, sino en otros aspectos como paisaje, medioambiente, cultural. Todo eso estaba ahí, pero había que darlo a conocer a la gente. Tenemos aún mucho camino por andar, y yo fui uno de los más críticos con las actuaciones dentro del mundo del vino en la Ribeira Sacra, porque creo que aún nos queda un largo camino en promoción. No podemos pensar que somos muy conocidos, eso no es cierto, somos más conocidos que antes pero hay que seguir trabajando y mucho, no nos podemos dormir. Sé que no se puede hacer todo enseguida, pero hay que hacerlo. El Consello Regulador hizo un buen trabajo a la hora de conseguir una calidad media en los vinos de la Ribeira Sacra, algo fundamental para que nuestra Denominación sea reconocida por su calidad. El logro fue importante en ese sentido pero ahora hay que seguir dando el callo en lo que respecta a la promoción, que nos queda mucho por hacer, incluso dentro de Galicia. No me gusta engañarme, yo voy a un pueblecito de la Costa da Morte y no saben ni dónde estamos, esa es la realidad. Y también hay otro problema añadido y es que hay zonas que han sabido promocionar lo suyo y otras, como la nuestra, donde no lo hicimos bien, quizás por ciertas administraciones muy aletargadas, que no tenían ese interés. 

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Parte de sus viñedos son ecológicos

Que los viñedos sean ecológicos, no significa que lo sea el vino que producen. Tú puedes trabajar un viñedo ecológico pero la forma de hacer vino es una cosa, y la certificación es otra. A nosotros nos gusta que el vino sea lo más sano posible.

Hábleme de la línea de licores que Pincelo sacó al mercado en 1988

Al igual que sucedió con el vino, antes el aguardiente también se vendía a granel y en bidones grandes. Veíamos que había otros productos muy similares, de otras zonas, que tenían unos precios considerables en el mercado y su calidad no difería mucho de lo que vendíamos nosotros, incluso a veces era inferior. La diferencia es que ellos vendían una botellita, por ejemplo, a 2.000 pesetas y nosotros vendíamos el litro a 500. Algo no funcionaba. Decidimos hacer unas porcelanas para vender nuestros licores y fue un gran éxito. Después hubo un problema con la fábrica que hacía las porcelanas y dejamos ese recipiente de lado, pero aún así seguimos vendiendo muy bien. Por otra parte, estamos negociando con una empresa un nuevo envase de porcelana porque tenemos una producción de tres barricas del año 97 que queremos embotellar con 20 años. Serían unas mil botellas de un producto que sí podría soportar el coste de un envase caro.