Pedro Ballesteros, el Master of Wine español

“De los vinos gallegos me gusta su personalidad, que son genuinos, no se quieren parecer a nadie”

Pedro Ballesteros, el único Master of Wine español, visitó varias denominaciones de origen de Galicia ejerciendo de perfecto cicerone con varios de sus compañeros de institución procedentes de todo el mundo. Apasionado de este mundo y con la capacidad de sorpresa intacta, Ballesteros elogia la singularidad de los vinos gallegos y asegura que tras el despegue de los blancos, “está llegando la revolución de los tintos de aquí, que tienen un gran potencial”

IMG_4507-wPara que le quede claro a todo el mundo, ¿qué es un Master of Wine?

Un Master of Wine es una persona que pertenece a un instituto del que hay 320 miembros en todo el mundo. Ese instituto tiene su sede en Londres y para entrar en él hay que cumplir básicamente tres condiciones: ser un profesional cualificado del mundo del vino, pasar unos exámenes que dicen que son los más difíciles del mundo, y respetar un código ético, un código de comportamiento que en este mundo del vino me parece particularmente importante: no engañar, no facilitar los fraudes y no facilitar el mal uso del vino en ese sentido.

¿Y qué implica ese título?

Un compromiso con el mundo del vino y formar parte de una red de personas que tiene una cierta influencia en el mundo del vino, implica también un cierto reconocimiento porque has pasado unos exámenes que tienen su complicación porque son de vinos de todo el mundo, hay que conocer todos los aspectos de la industria y de la artesanía del vino. Pero sobre todo, ser Master of Wine puede implicar profesionalmente una serie de ventajas importantes y para una región como Galicia o un país como España estaría muy bien que hubiera más españoles, porque es un país que necesita desesperadamente exportar vino, vino de calidad y para eso necesitas tener buenos contactos, prestigio y credibilidad. Y eso es quizás lo que da un Master of Wine, por eso mi misión aquí y mi deseo es que en pocos años haya más españoles con este título que lleven el mensaje de nuestro vino por el mundo.

¿De dónde le viene la pasión por este mundo?

Yo empecé a trabajar muy joven y mientras estudiaba Agrónomos también trabajaba. Mientras hacía la carrera descubrí el vino, que me empezó a gustar siendo mayor, y me fascinó antes la ciencia del vino y su cultura que el vino en sí mismo. Cuando acabé la carrera y ya con esa pasión, hice el Máster de Viticultura y Enología y me encontré con que en el trabajo que me ofrecían en este sector ganaba un cuarto de lo que podía ganar en otro mundo. Esto me obligó a desarrollar una visión un poco dual de la vida: tengo mi vida profesional en otros aspectos y una vida pasional con el vino.

¿Son compatibles ambas actividades?

El 90% del tiempo sí puedo compatibilizarlas, el resto del tiempo, sufro.

¿De todas las regiones vitivinícolas que ha visitado, que entiendo que han sido muchas, hay alguna que le haya sorprendido más que otras?

En el vino, siempre lo digo, lo que más me apasiona es su infinita complejidad y la gran diversidad que tiene, huye de cualquier tipo de clasificaciones piramidales y de ser el mejor o peor, es mucho más la diversidad que presenta. Es maravilloso ver estos paisajes semi-montañosos que tienes en Valdeorras, por ejemplo, y pasar después al desierto magnífico de Lanzarote o a las explanadas de China o a los viñedos verdes y maravillosos de Constanza en Sudáfrica. En el vino, en todos los aspectos, lo que más aprecio es esa diversidad, eso es lo que más me alimenta.

¿Y de los vinos gallegos qué es lo que más le llama la atención?

Lo que más me interesa de los vinos gallegos es su personalidad, que son genuinos, son gallegos, saben a Galicia. Son vinos que no se quieren parecer a nadie y tienen en el orgullo de ser como son.

¿Tanto lo blancos como los tintos?

Por supuesto, aunque son más conocidos los blancos, los tintos gallegos son de una calidad maravillosa, tienen una expresión única y un gran potencial. Yo siempre digo que Galicia también es tierra de tintos. Quizás lo que ha pasado es que la revolución de los tintos gallegos ha empezado mucho más tarde que la de los blancos, pero su potencial es enorme.

Como experto en el mundo del vino, ¿podría decirnos qué busca la gente hoy, hacia dónde van las preferencias actuales?

Hay muchas tendencias, a veces contradictorias y en todos los casos muy segmentadas, depende de los mercados de los que hablemos. Por ejemplo, si tú ves la tendencia española que marca un descenso enorme del consumo del vino, no es la misma que la tendencia gallega y asturiana, que es bastante más positiva en ese sentido, y no tiene nada que ver con la tendencia de incremento del consumo que se da en China o Brasil. Hay muchas tendencias pero lo que le puede interesar al mercado gallego es que a la gente joven le interesa cada vez más el vino genuino, con personalidad propia, es gente a la que le gusta viajar, soñar con el vino, que éste les cuente una historia diferente. Eso lo puedes comprobar perfectamente en los bares de Nueva York, así que yo lo que le recomendaría a los gallegos es contar sus propias historias, si lo han sabido hacer con otras cosas, seguro que lo saben hacer también con el vino. Deben venderse como una zona única y que no es mejor ni peor que otras, sino que es ella misma.

¿Qué características debe tener ahora mismo un vino para triunfar?

El triunfo como las tendencias depende de la zona de la que hablemos. Si quiere que le diga una característica común a todos los vinos es que tiene que tener un buen cliente, alguien que pague para beberlo. A partir de esa obviedad, podemos hablar de otras características si sabemos a qué cliente va dirigido el producto.

Después de probar tantos vinos de todo el mundo, ¿cómo consigue mantener la capacidad de sorpresa intacta?

Afortunadamente el vino tiene una diversidad que va más allá de mi capacidad de sorpresa. Yo siempre me sorprendo porque los amantes del vino somos gente muy curiosa y tremendamente infieles, nos gusta probar cosas nuevas. Hoy por ejemplo hemos estado aquí en una historia maravillosa, de la renovación del godello… El vino siempre te cuenta historias nuevas y bellas, y eso es lo que me encanta.

Ha venido acompañando en esta gira por Galicia a un grupo de Master of Wine, ¿qué es lo que más les ha gustado de este recorrido?

Habría que preguntarles a ellos. Lo que sí puedo decirle es que la intención que tuve cuando organicé este viaje era presentar a este gente, que conoce muchos vinos, una región que hasta hace poco no se podía presentar a la gente de más alto nivel porque no tenía muchos vinos de calidad y que ahora mismo está viviendo una nueva historia, con productos de altísima calidad, diferentes y originales. Además de darles a conocer unos paisajes únicos y de presentarles a una gente que está experimentando con cosas nuevas… Esto lo que va a conseguir es que gracias a la influencia de los que están aquí, haya más gente que se interese por los vinos gallegos.

Imagino que su pasión por este mundo, unida a su título de Master os Wine, le obliga a ser siempre el que escoja el vino en las reuniones con amigos

No siempre. Yo cuando voy a restaurantes donde conozco y admiro a sus sumilleres, lo último que hago es ver la carta de vinos, les digo que elijan ellos y que no me cuenten lo que están sirviendo. A mí el vino me gusta compartirlo y disfrutarlo con la gente que aprecio.