Bodegas La Val

Entrevista a Fernando Bandeira y Antonio Ruiloba, propietarios de Bodegas La Val

«El objetivo que nos hemos marcado es mantener nuestra personalidad»

Fernando Bandeira, gerente de La Val durante más de una década, y Antonio Ruiloba, reconocido profesional del sector financiero, lideraron en 2010 un proceso de Management Buy In/Management Buy Out con un reducido grupo de inversores, convirtiéndose en los nuevos propietarios de la bodega. En estos cinco años han conseguido afianzar sus vinos en el mercado exterior, llegando a duplicar las ventas, y han sacado al mercado un Condado, Más que 2, que vino a completar su ya extensa carta de vinos. Tradición, calidad y personalidad son conceptos que se asocian a los caldos de esta bodega fundada en 1985 y una de las marcas pioneras de la Denominación de Origen Rías Baixas.

 

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¿Cómo surgió esta bodega y que ha pasado en estos años, con un cambio de accionariado incluido?

Fernando: La bodega nació a principio de los años 80 en San Miguel de Tabagón, en una finca de tres hectáreas y a partir de ese viñedo se empieza a elaborar vino albariño. También a partir de ese momento, y debido a la inquietud del fundador, se dieron los pasos para constituir la Denominación de Origen Rías Baixas junto con una serie de viticultores. La bodega ya nace con una vocación de viticultor puesto que nace a partir de un viñedo, se empieza trabajando con ese viñedo y se atiende el crecimiento de la demanda que había en ese momento comprando uva. Hasta que en el año 89 ya se decide ampliar el viñedo.

¿Fue fácil encontrar el viñedo que querían?

Fermando: No es fácil encontrar terrenos en Galicia debido al gran minifundio, pero en el año 89 se consigue esta plantación, de 35 hectáreas, que es donde estamos ahora. Es una de las primeras grandes plantaciones en Rías Baixas. Y en año 90 se hace la plantación de Taboexa, que son 13 hectáreas; en 2001 se planta Pexegueiro, que son otras 10, y en el 2011, plantamos ya Porto, que es la última plantación que hemos hecho y que son 5 hectáreas más. De ahí un poco a vocación por la viticultura que ha tenido siempre esta bodega y que continúa, seguimos apostando fuerte por la calidad de la uva y por el control de todo el proceso desde el viñedo.

En 2003 inauguran esta nueva bodega

Fernando: Efectivamente, había una bodega para elaborar entre 40.000 y 50.000 botellas, pero con el crecimiento y después de muchas obras de ampliación, nos dimos cuenta de que ya no había espacio para seguir allí y decidimos trasladar la bodega a Arantei, donde en el año 2003 se inauguran estas instalaciones donde nos encontramos hoy. Hoy estamos preparados para producir un millón de litros, aunque estamos produciendo unas 600.000 botellas. Nuestra limitación está claro que no es la bodega, es el viñedo.

IMG_8730-wSiete años más tarde se produce un cambio en el accionariado

Fernando: Sí, eso supuso algún cambio como la entrada de Antonio Ruiloba, que es socio, en la gestión. La filosofía de la bodega sigue siendo exactamente la misma, no ha cambiado para nada, y el resto del «pool» del accionariado es totalmente romántico, ya que muchos de ellos son bodegueros y viticultores de otras denominaciones de origen de España, con los que tenemos otra sociedad que constituimos hace trece años que se llama Terra Nostra, una sociedad que creamos con otras cuatro bodegas de España con el fin de crear una estructura que nos permitiera exportar y abordar con éxito el mercado internacional. Todas las bodegas que formamos esta sociedad tenemos un tamaño medio y compartimos la misma filosofía: viñedo propio, una apuesta clara por la calidad y con ganas de salir al mercado exterior. Así surgió la idea de Terra Nostra y después de trece años somos como una gran familia. De esta forma, en el momento que surge en 2010 la compra de Bodegas La Val, ellos se apuntaron a esta operación. El resto del accionariado es gente muy próxima, familiares y amigos que han decidido también apostar por este proyecto.

Hablando de exportación, en los últimos cinco años han duplicado las ventas fuera de España, ¿qué países son los que más han comprado su vino?

Fernando: En este momento el principal mercado para nosotros es Estados Unidos y Reino Unido, mercados que han crecido en los últimos años y que siguen creciendo. El resto de los países en los que estamos también han ido creciendo año a año. Por otra parte, en la bodega intentamos abordar cada año nuevos mercados, en 2014 fue Australia y este 2015 hemos empezado con Brasil. Ahora mismo tenemos presencia en unos 22 ó 23 países.

Antonio: En lo que respecta a porcentajes, en este momento las cifras que se están manejando a día de hoy es que ya hemos exportado un 70% de la producción, por un 30% que vendemos en el mercado nacional. es decir, que en los últimos cinco años hemos duplicado las ventas fuera.

¿Han sido esas ventas fuera de España lo que les ha permitido «capear» la crisis económica?

Antonio: Bueno, a mí me gustaría poner en valor lo que hemos hecho estos cinco últimos años, que ha sido coger una bodega muy tocada debido a unos propietarios que no estaban muy vinculada con el negocio, por cambio generacional, y hemos ido hacia una gestión volcada con la empresa. Estamos hablando de 2010, un momento terrible ya que fue cuando el consumo nacional pegó una bajada brutal ya no sólo en consumo, sino también en precio, y con una bodega tocada desde el punto de vista de capitalización. Nos metimos en una aventura, maravillosa, eso sí, nos dejamos las pestañas y lo que era un proyecto de continuidad era en realidad un proyecto de supervivencia. Hemos pasado cinco años con el único objetivo de sobrevivir a la crisis con el menor daño posible, y lo hemos conseguido. La bodega está mejor, estamos menor también en posicionamiento de mercado y seguimos vivos. A partir de ahora nos queda consolidar nuestra posición en esos países y volver a tener la presencia que teníamos en el mercado antes de 2010, tanto en Galicia como en la Cornisa Cantábrica.

¿El objetivo es equilibrar el porcentaje de ventas mercado nacional/exterior?

Antonio: No es tanto eso como seguir haciendo labor de marca y que nuestro vino esté bien posicionado en esos mercados, en todos. Hemos hecho una apuesta muy fuerte en toda la costa mediterránea y está dando resultados. En estos momentos estamos en Ibiza, que no estábamos antes, y en Mallorca y Menorca.

Háblenme de su nuevo proyecto, el Más que 2

Antonio: Hemos introducido un vino que es el Más que 2, que es un Condado y es uno de los proyectos más bonitos que hemos hecho en estos últimos cinco años que es reivindicar que somos del Condado. Este vino tiene una presentación muy fresca, muy joven, con la que hemos querido acercarnos a ese público tan olvidado en este negocio, que es el público joven. La incorporación de la gente joven al mundo del vino se hace muy tarde y en parte es culpa nuestra, que no le hacemos el producto atractivo, así que hemos querido aportar nuestro granito de arena en ese tema.

¿De dónde viene el diseño de las etiquetas y la caja?

Siempre tuvimos en mente hacer un «packaging» muy atractivo pero la verdad es que se nos echaba el tiempo encima y no habíamos encontrado nada, se nos ocurrió la idea de coger un estuche de tres botellas del albariño La Val y se lo dimos a la escuela de educación especial que se llama Aspanaex, que tiene un taller para los chavales discapacitados, y ellos nos hicieron varios bocetos. Le dimos la botella, la imagen, el estuche, y nos presentaron varios trabajos y uno de ellos fue el que utilizamos finalmente para salir al mercado. En breve les haremos otro pedido más, porque a la gente le gusta mucho.

Hablábamos antes de posicionar la marca en los mercados nacional e internacional, imagino que a eso ayuda mucho la participación de la bodega en ferias

Antonio: Las ferias es tu tarjeta de presentación en otros países, aunque nosotros somos muy selectivos: Hay tres o cuatro a las que vamos siempre y otras en las que participamos puntualmente.

¿Los vinos de La Val tienen algo en común?

Fernando: Lo que hemos conseguido es mantener una línea, yo siempre digo que al que le guste La Val le va a gustar toda la vida. Somos una bodega que no va a dar sorpresas y eso es fundamental y una garantía para nuestros seguidores. También somos una bodega que tiene una línea de vinos muy amplia, con una sola variedad (Albariño) hacemos cuatro vinos diferentes, y ahora hemos incorporado el Más que 2.

 

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Habéis puesto en marcha un proyecto de enoturismo, ¿cómo funcionan las visitas que organizáis?

Fernando: Acabamos de certificarnos en la Q de Calidad. Es un tema que estamos impulsando pero no es fácil, estamos en la zona menos turística de Rías Baixas pero cada vez estamos teniendo más visitas. Organizamos diferentes actividades, desde la típica visita a la bodega y viñedo, hasta comidas con cata de todos los vinos. Y también estamos intentando buscar alianzas con vecinos: los caballos, el río… Buscando otras actividades para conformar un paquete más atractivo para el visitante.

Tras haber crecido tanto a nivel de ventas en los últimos años, ¿dónde han fijado el límite de la Val?

Antonio: El límite que nos hemos marcado es no perder la personalidad, mantener nuestra filosofía en cuanto a la elaboración de vino. No vamos a elaborar porque sí, en esta bodega la materia prima es fundamental.