José Vicente Solarat

Entrevista a: José Vicente Solarat, presidente de la D.O. Valdeorras

«En Valdeorras no tenemos problema para vender el vino, nuestro problema es el precio, y es ahí donde hay que trabajar»

Preside la Denominación de Origen Valdeorras desde hace poco más de 100 días y aunque accedió al cargo con ciertas reticencias por parte de las bodegas, que tenían otro candidato, el tiempo parece estar jugando a su favor y las asperezas de los primeros días han dado paso a un periodo de cierta tranquilidad. Bregado en la política municipal -ejerció de alcalde de A Rúa durante 16 años-, José Vicente Solarat cuenta entre risas que le aseguraron que el cargo no le iba a quitar mucho tiempo: «Me dijeron que era cuestión de media hora al día y eso es justo el tiempo que me queda ahora para descansar y tomar un bocadillo». No obstante, y a pesar del ajetreo de viajes y reuniones, se le ve contento y satisfecho con su actual ocupación.

Hace unas semanas las denominaciones de origen ourensanas se reunieron con el presidente de la Diputación de Ourense para poner en marcha un clúster, ¿en qué consiste este proyecto?

Así es, en esa reunión de la que habla se decidió la constitución de un clúster, que en principio va a estar liderado por las D.O. ourensanas, y a la que luego se irán incorporando diversos organismos en función de la propia dinámica del clúster. La finalidad es encontrar sinergias y buscar recursos, sobre todo europeos. En ese mismo encuentro también se firmó un convenio entre las denominaciones de origen y la Diputación de 200.000 euros, que tiene como objetivo contribuir al funcionamiento, equipamiento y promoción del vino de esta zona. Asimismo se habló de rehabilitar un edificio histórico de la ciudad para que sea una oficina de turismo dinámica, donde estén presentes los vinos de las D.O. ourensanas y también el resto de productos de calidad que se elaboran en esta tierra. Lo que persigue es que los visitantes que estén de paso puedan comprobar y saborear al momento lo mejor de nuestra industria agroalimentaria. La próxima reunión para avanzar más en estos temas la haremos aquí, en Valdeorras, este mes de septiembre.

Abogado, Político, empleado de banca y ahora presidente de una D.O., ¿es usted un hombre inquieto?

Qué va, a mí lo que me gustaría es estar jugando al golf (risas). Me prejubilé y llevaba un año y medio haciendo cuatro colaboraciones con el Concello y de repente me propusieron esto. Me dijeron que iba a llevar poco tiempo pero al final me paso aquí el día.

¿De dónde le viene la relación con el mundo del vino?

No tengo intereses en el mundo del vino, no tengo viñas y no he hecho una vendimia, mi única relación hasta ahora con este sector era que disfrutaba bebiendo un buen vino, y lo sigo haciendo.

 

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Su nombre para dirigir la Denominación de Origen Valdeorras fue propuesto por sindicatos y cooperativas, ¿cómo fue la primera toma de contacto con las bodegas?

La primera toma de contacto fue digamos que tumultuosa. Antes de tomar posesión del cargo convoqué de forma informal una reunión con los miembros del consejo para presentarme y agradecer el nombramiento, y ahí ya surgieron una serie de disfunciones. En la primera reunión formal, es decir, en el primer pleno, no conseguí aprobar nada, y lo curioso es que entre los temas que había que aprobar estaba la liquidación de 2014, las actas del año. Hemos ido limando asperezas y hoy la situación creo que está más normalizada. Vamos cumpliendo objetivos y entre ellos el de descentralizar más las decisiones, que ahora pasan por dos comisiones que hemos creado. Lo que pretendo es que haya una comunicación permanente con los miembros del consejo y creo que lo estoy cumpliendo. Por otra parte, mi nombramiento coincidió en el tiempo con un punto crítico del año a nivel promocional, con todas las ferias importantes, presentaciones, la fiesta del vino, y hemos ido saliendo adelante. Pienso que las cifras de este año serán superiores a las de 2014, y aunque considero que no es un mérito que se me pueda atribuir, no deja de ser una buena noticia. Ahora lo que me he marcado para los próximos meses es hacer una buena transición hasta las próximas elecciones, aprobar en tiempo y forma el presupuesto, dejar definidas las campañas de promoción y obtener la certificación ENAC, que esperamos conseguir a finales de 2016.

¿Cómo se logra conciliar los intereses de grandes bodegas con otras más pequeñas?

Yo trato de explicarles que esto es como la Fórmula 1, cada uno tiene sus mecánicos, sus ingenieros y sus propios diseñadores, pero todos tienen que cumplir las mismas normas en la carrera. Los neumáticos tienen que ser de una marca y no puedes echarle más gasolina que la que se ha estipulado. Nuestras normas son iguales para todos y garantizan el control de calidad, con independencia de que los intereses de una bodega que produce 10.000 litros puedan ser no coincidentes con las que elaboran un millón y medio. Donde sí hay más diferencia es a la hora de la promoción, no es lo mismo promocionar un vino que otro, y ahí es donde el Consello Regulador trata de que las bodegas puedan jugar en distintos terrenos. Siguiendo con el símil automovilístico, a unas les van mejor unos circuitos que otros, así que de lo que se trata es de encontrar un equilibrio. Obviamente, la conciliación tiene que venir por ahí.

¿Son los vinos de esta zona los grandes desconocidos de Galicia?

Creo que probablemente son los más desconocidos, porque otras denominaciones ya tienen vinculado el nombre de la D.O. a un ámbito geográfico. Me refiero a Ribeira Sacra, Rías Baixas… De todas formas, no hablo de un desconocimiento fuera de Galicia, sino en la propia comarca, como pude comprobar en la reciente Feira do Viño. En el sector, los restauradores, periodistas especializados y consumidores extranjeros, principalmente ingleses, americanos y alemanes, se aprecia mucho nuestro vino pero no se conoce la región, su historia. De ahí que estemos poniendo en marcha campañas para que la gente venga aquí, a donde se hace el vino, donde se produce, y últimamente estamos haciendo más ruido. Pero aunque no nos conozcan mucho, no estamos teniendo problemas para vender el vino. Creo que nuestro problema es otro, es el del precio. El mercado de futuro está ahí y es por eso por lo que necesitamos darnos a conocer todavía más para poder aumentar el precio.

Hábleme de las gestiones que se están realizando desde la D.O. para entrar en Galicia Calidade

Tenemos una oferta sobre la mesa de Galicia Calidade que a mí me parece muy interesante. Esta marca es una marca acreditada, va mucho más allá del ámbito local, y nuestro primer paso es entrar como Denominación de Origen. Eso no implica que todas las bodegas de Valdeorras vayan a tener el sello de Galicia Calidade, ni mucho menos. Nosotros apoyamos este tema sobre todo por esa promoción que hace paralelamente Galicia Calidade, sobre todo en un horizonte donde se prevé una reducción de ayudas a la promoción. Es un tema que está ahí, que yo lo veo con ilusión, pero del que aún no sé qué dirá el Consejo.

 

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¿El canon que hay que pagar por bodega correría a cargo de la propia Denominación de Origen?

No, nosotros pagaríamos un canon por D.O., y después habría que negociar el tipo de canon que tendrían que pagar las bodegas que estén interesadas y pasen el filtro. Obviamente entiendo que esa cuota sería más reducida al estar la propia denominación de origen certificada también.

¿Qué peso económico tiene el sector del vino en esta zona?

Estamos hablando de una actividad que en Valdeorras debe generar de valor bruto por encima de los 45 millones de euro y, junto con la pizarra, es lo que más nos ha dado a conocer fuera de aquí.

¿Al presidente de la D.O. Valdeorras le gusta más el blanco o el tinto?

Depende mucho del día y del momento. Yo salgo todos los días a tomar un vino y dependiendo de la hora, me decanto por uno u otro. Eso sí, para comer siempre un buen tinto porque me gusta la gastronomía muy de la tierra: callos, lacón con grelos, codillo…

Fue alcalde de A Rúa, en diferentes etapas, durante 16 años. ¿Qué le ha dado la política municipal, le ha ayudado ese bagaje en esta etapa?

La política me aportó mucha experiencia, me permitió conocer la sociología de Valdeorras y sus características antropológicas. Le puedo decir que aquí conozco a casi todo el mundo. De hecho, mi primera relación con el mundo del vino fue cuando un miembro del Consello Regulador me vino a pedir una urna para las elecciones. De todas formas esto no es como estar en una corporación municipal, donde siempre cuentas con gente de tu grupo que te va a apoyar, aquí somos diez y yo tengo un voto. Después, en la D.O. también se da algo que no existe en política y es que se pueden sustituir unos a otros, llevo cinco plenos y siempre están cambiando las caras. La política te da una cierta paciencia, es cierto, pero no te garantiza el resultado.

Después de poco más de cien días en el cargo, ¿se ha preguntado ya quién le mandó meterse en este lío?

Pues sí, internamente y a varias personas también se lo he comentado. Ni en mi etapa de alcalde había viajado tanto, llevo miles de kilómetros en el coche en sólo 105 días. A los sitios hay que ir y, claro, te llaman para todo. Las denominaciones de origen generan mucha actividad y son reclamadas en muchos ámbitos y eso me sorprendió bastante. Creo recordar que no baja de 20 el número de veces que nos hemos reunido ya los cinco presidentes de las D.O. gallegas, y 26 los de la zona de Ourense. Es decir que a mí me dijeron que con media hora al día me llegaba para este trabajo y media hora es lo que me queda al día para el bocadillo.