Entrevista a: Aníbal Blanco Núñez , propietario de Bodega Tapias Mariñán
«Para vender el vino hay que tener tres premisas claras: calidad, precio y servicio, y nosotros tenemos las tres cosas»
Los hermanos Blanco Núñez, emigrantes en Barcelona pero vinculados desde generaciones al sector vinícola del municipio de Monterrei, decidieron un día retornar a la tierra y dedicarse a lo que realmente les gustaba: la elaboración y comercialización de sus propios caldos. En esta entrevista Aníbal Blanco nos cuenta los inicios de Tapias Mariñán y nos desvela el secreto del éxito de una bodega que en diez años ha conseguido posicionarse en el mercado nacional e internacional.
¿Cómo surgió el proyecto de crear esta bodega?
La bodega fue resultado de una necesidad porque como todo en la vida uno va evolucionando a raíz de necesidades. Nuestra historia es larga, somos emigrantes de un pueblo pequeño, de la zona de Laza, después volvimos y como teníamos unas viñas, nos decidimos a hacer vino. Producíamos uvas pero éramos de los principales viticultores de la comarca y no teníamos a quién vender las uvas y eso era un problema. Siempre trabajamos en el campo, siempre nos gustó, y sobre todo nos apasionaba la viticultura así que decidimos hacer una serie de cambios.
¿Cuándo montaron la bodega seguían viviendo en Barcelona o ya habían vuelto?
Cuando montamos la bodega sólo nos quedaba una empresa en Barcelona, ya habíamos dejado las otras. Hace ahora diez años de eso.
¿Siempre supieron qué tipo de vino querían vender y qué tipo de bodega querían tener?
Nuestros bisabuelos sentían y vivían las viñas como pocos. Mi bisabuelo vivía literalmente en los viñedos, desde finales de julio hasta la época de la vendimia vivía en una caseta que tenemos en la finca grande. En mi familia siempre tuvimos muy claro, gracias también a los conocimientos de nuestros antepasados, que esta comarca daba unas uvas excelentes, pero no así los vinos. Había un problema porque existía una alta calidad de uvas, pero deficiencia en el manejo, en la manipulación, por lo que pensamos que teniendo lo básico, que era una materia prima excepcional, lo demás había que conseguirlo.
Ya tenían experiencia también en la venta de vinos con la empresa Pazo Blanco Núñez
Es cierto. Montamos la empresa hace 30 años, en noviembre de 1986, y comercializábamos vinos de toda Galicia, siendo los mejores los de esta zona, sin ninguna duda. Y realmente le puedo decir que los vinos de Monterrei eran dificilísimos de vender, la gente no conocía este lugar. Ibas con un vino de aquí y te preguntaban qué era eso, y no hablo de otras regiones de España, en Galicia también nos pasaba, siendo nosotros el granero de uvas de la comunidad gallega por la calidad.
¿Y este desconocimiento a qué se debía?
Estábamos un poco aislados, no era concebible que desde Barcelona o Tarragona llegara antes un bocoy de vino a Santiago que desde Verín. Tardaba más en recorrer cien kilómetros que todo el Mediterráneo.
Han pasado diez años desde que se creó la bodega, ¿volverían a hacer lo mismo?
Sí, sin duda, esto no es una profesión, es una pasión. Los bodegueros que lo sienten, intentan trasmitir esta pasión por la tierra a sus herederos y a los que le rodean, así como el amor por las cosas bien hechas. Nuestro abuelo Francisco, porque al bisabuelo no le llegamos a conocer, intentó inculcarnos de muy pequeñitos tanto a mi hermano, ya fallecido, como a mí el amor por la viña. Lo consiguió.
¿Por qué decidieron que la bodega fuera en Verín y no en Laza ?
Primero, porque Laza hasta ahora no entraba en la Denominación de Origen, y después porque la climatología va cambiando, y en la zona de Laza cambió mucho. Teníamos muchas viñas allí en zonas que ahora posiblemente serían imposible de cultivar por el clima. Así que esta era la zona ideal. De hecho, las primeras fincas ya las compramos en el año 90, teníamos muy claro que esta era una buena zona de viñedo.
Además de la bodega, ustedes están muy implicados con la zona llegando incluso a patrocinar diversos eventos deportivos
Considero que uno debe estar integrado en la comarca, apoyando lo que se hace aquí, aunque no siempre sea comprendido. A la gente de esta comarca hay que ayudarla y siempre que podamos vamos a seguir haciéndolo en aquellas actividades culturales y deportivas que necesiten de nuestra colaboración. La educación, la cultura y el deporte son básicos para una sociedad.
En su bodega comercializan siete vinos diferentes, además de los licores. ¿Dónde se venden más?
Depende de la variedad, se vende mejor un vino en una zona que en otra. Fuera de Galicia, el Godello y el Albariño son los más fáciles de vender, aunque yo prefiero la Treixadura que es una casta excepcional, complicada de cultivar, pero excepcional.
¿Fuera de España dónde están vendiendo?
Principalmente Alemania, Holanda, Bélgica, Inglaterra, y también en Estados Unidos, son los mejores mercados para nuestros vinos. Llevamos en el comercio desde los 14 años, en el tema comercial no tenemos estudios, no tenemos másteres, pero nuestra intuición nos ha servido de mucho en estos años. Yo creo que todo se resume en lo siguiente: Precio, calidad y servicio. Y esto no sólo funciona para el vino.
En 2015 iniciaron el acondicionamiento de la finca Frontilleiro para la plantación
En realidad no es el Frontilleiro. Compramos esa finca sin saber qué era, en los papeles ponía Alto de Arriba, pero antiguamente se conocía como Val de Arriba, y es el nombre que va a llevar ahora de nuevo. Era una de las tres zonas donde se daban los mejores vinos de la comarca. hasta dentro de 6 ó 7 años no tendremos vino de esa zona, pero todo indica que será fantástico.
¿Cuáles son los objetivos que se ha marcado para este 2016?
Seguir trabajando para hacer las cosas bien. El vino ya está todo vendido y seguramente para los próximos cinco años estará todo el vino vendido, así que nos centraremos en ir creciendo, comprando maquinaria nueva, hasta llegar a nuestro tope de millón y medio/ dos millones de botellas. También queremos cambiar toda la estructura de vendimia, la mecanización, que es lo que nos preocupa.
