Mónica Fernández, premio Internacional de Gastronomía al Mejor Sumiller de 2017

“Me gusta abrir una botella  de vino y ver cómo ha cambiado una añada, cómo ha evolucionado”

Enhorabuena por el premio que le han concedido, ¿ha sido muy largo el camino hasta convertirse en la Mejor Sumiller del Mundo?

Ha sido tremendamente largo, han sido muchas horas, muchos años de trabajo. En mi caso, hoy por hoy, no es sólo el trabajo de sumiller ya que dirijo el trabajo de cinco equipos, cinco restaurantes, cinco cartas de vinos y gestionar las reservas de esos cinco restaurantes. Son muchas horas y  mucha dedicación a algo que te gusta.

¿Cuántos profesionales optaban a este premio?

No llegué a saberlo pero me imagino que un sumiller por país, sé que en cada sección había varias propuestas a nivel internacional.

¿Qué cree que vio en usted el jurado?

La única comunicación que tienes con el jurado es a través de la Real Academia de Gastronomía de tu país, en mi caso España. Supongo que valoran una trayectoria, la carta de vinos, el esfuerzo que haces, la labor de divulgación…, imagino que es un poco de todo.

Su premio lo han recibido anteriormente profesionales de gran prestigio como Josep Roca y José Polo, ¿es la primera mujer española en recibir esta distinción?

Sí, creo que soy la primera. A mí el premio me ha pillado en un momento en mi vida en el que ya tengo una edad y los pies en el suelo, y aún así  ha habido momentos en los que me sentido desbordada. Es una distinción muy importante y lo comparto, y lo he compartido, con mis equipos. Todo el grupo está tremendamente orgulloso y feliz por este reconocimiento, es algo muy grande. Me resulta imposible de explicar, no tengo palabras para describir lo que se siente cuando recibes un premio como este.

¿Se sorprendió cuando le anunciaron que había ganado?

En ningún momento pensé que tuviera opciones, para mí estar no nominada ya era algo increíble, nunca lo había imaginado. Hay que tener en cuenta que la nominación también te llega por sorpresa, nadie te avisa antes. La Real Academia de Gastronomía Española fue la que me notificó la nominación y no me lo creía, después me olvidé de ello, seguí trabajando como siempre porque la verdad es que pensé que no tenía ninguna opción. Cuando finalmente me llamaron para decirme que había ganado, casi tuvo que venir el Samur (risas).  Lloraba y no podía articular palabra, y estuve así  como diez largos minutos asustando a todos los que en ese momento estaban a mi alrededor. Después se lo conté a mis padres, a los propietarios del  restaurante, a mis compañeros… Fue mucho más que bonito, es algo muy difícil de explicar.

¿Eligió esta profesión o la profesión la eligió a usted?

La elegí porque me hacía falta para mi trabajo, complementaba una labor que ya hacía y además era algo que me apetecía. Creo que a todo el mundo le gusta formarse y tener más posibilidades a la hora de realizar su trabajo, así que puedo decir que la elegí yo, pero luego me encantó.

Su vida profesional ha estado vinculada al Grupo Bambú desde 2005. ¿Cómo es su relación con ellos, qué ha encontrado en este grupo?

Encontré una familia, unos propietarios que más que jefes al final están ahí acompañándote siempre, con los que puedes contar a diario para todo, a los que le puedes llamar para todo, que están ahí como si fueran parte de tu familia, porque lo son. Yo no puedo separar mi vida laboral de la sentimental o familiar, son muchos años y es una relación muy fuerte, los restaurantes en los que trabajo son mis casas.

Actualmente está dirigiendo los equipos y las cartas de vinos de cinco restaurantes del Grupo Bambú

Sí, 99 Sushi Bar no es una franquicia, son restaurantes en propiedad, y hemos ido creciendo paulatinamente, abriendo nuevos restaurantes cuando el anterior ya estaba completo. Cada dos años, más o menos, hemos abierto restaurante, el último fue en Barcelona y el próximo será en Abu Dhabi. Que la empresa crezca tiene mucho que ver con toda la gente que ha formado o forma parte de ella, y de la que la formará parte el día de mañana. Seguimos incorporando gente, formando a nuevos profesionales, y todos ellos son parte de mí.

¿Qué le gusta beber a la mejor sumiller del mundo?

Vino, me encanta, me gusta abrir una botella  y ver cómo ha cambiado una añada, cómo ha evolucionado, se pueden percibir muchas cosas abriendo una botella. El vino es más que una profesión, forma parte de mi vida.

¿Qué opina de los vinos gallegos, cómo valora la evolución que han experimentado en los últimos años?

Van corriendo y con buenas zapatillas, es decir, que van preparados. Son grandes vinos y tienen muchísimo que decir, También ha sido muy importante en este sentido la labor de los enólogos, muchos de ellos jóvenes, que han recuperado viñedos y muchas veces en condiciones de trabajo heroico. Es muy difícil hacer vino en determinadas zonas de Galicia por sus condiciones climatológicas  y por el suelo, son bancales y viñedos abandonados durante muchos años  y que hay que trabajarlos a mano, la tecnología aquí ayuda poco porque no puedes meter una máquina en lugares con un desnivel del 20 o el 30%.

¿Tienen sitio los vinos de  Galicia en la carta de 99 Sushi Bar?

Por supuesto que sí, forma parte también de la morriña de los gallegos, que combatimos rodeándonos de cosas que nos recuerden a nuestra tierra. Nacemos con ese sentimiento de apego a la tierra y nos lo inculcan nuestros padres con nuestra educación, al final lo repercutes en cosas diarias.

¿Vuelve a Galicia con regularidad?

Cada quince o veinte días vuelvo a casa a ver a mis padres, a mi hermana, es algo que necesito para recuperar fuerzas. Son 500 kilómetros, tampoco estoy al otro lado del mundo. Soy de Quiroga (Lugo) y creo que mi coche ya podría hacer este camino él sólo de tantos viajes que he hecho.

Imagino que su proyecto más inmediato pasa por la apertura del restaurante en  Abu Dhabi

Estoy en ello y aunque da mucho trabajo, hemos encontrado gente muy válida y muy buena y que nos está ayudando muchísimo. Al final este trabajo es como todo, tienes que ir cerrando cosas día a día, poniéndote objetivos diarios para avanzar.