“La Godello de Valdeorras es la variedad con mayúsculas”
Natural de Albacete, José Luis Murcia lleva más años viviendo en Valdeorras de los que pasó en la tierra que le vio nacer. Enólogo de profesión, y por pura vocación, Murcia ha encontrado en esta zona de Galicia una gente, una variedad y una cultura que le apasionan tanto como para echar raíces y convertirse en una referencia en esta denominación de origen gallega. De la Godello, el cambio climático y de sus vinos preferidos habló para Cepas y Vinos entre visita y visita a las bodegas que asesora, un total de nueve en la actualidad.
Por qué se hizo enólogo, tenía alguna vinculación anterior con el mundo del vino?
Mi padre era y es viticultor. Soy de Albacete, de una zona eminentemente vitivinícola, de Manchuela, y fue algo que siempre me gustó. Tengo recuerdos de muy niño yendo con mi padre a visitar esas bodegas antiguas y alucinaba. Así que decidí estudiar para dedicarme a esto.
¿Cómo le surgió la oportunidad de trabajar en Valdeorras?
Cuando acabé mis estudios vine a Galicia a hacer una asesoría en una vendimia en el Ribeiro y me quedé impresionado. Me gustó Galicia, sus gentes y, sobre todo, la cultura del vino que hay aquí, que era totalmente diferente a la que yo conocía. Después de esta asesoría, en el año 88, me fui a hacer el Servicio Militar y al terminar estuve trabajando con un profesor mío de Química Enológica en Utiel. Cuando a los pocos meses me surgió la oportunidad de volver a Galicia, a Valdeorras, a trabajar en Larouco, no lo dudé. Eso fue en el año 91 y ya llevo más tiempo viviendo aquí que en mi tierra natal.
¿Trabaja en alguna otra denominación de origen gallega?
No, me he centrado en Valdeorras. En el año 91 llegué a la Cooperativa de Larouco y después me fue surgiendo más trabajo en bodegas de la zona y en 1999 valoré la idea de dejar estar en nómina en Larouco y montarme por mi cuenta ofreciendo una asesoría externa. Ahora mismo trabajo con nueve bodegas y como prefiero estar en bodega que en el coche, mi proyecto profesional se ha centrado en Valdeorras. Me surgió un proyecto en Monterrei, pero decidí no aceptar.
Trabajando en nueve bodegas de la misma denominación de origen, ¿no supone un auténtico reto hacer vinos diferentes?
La verdad es que los vinos que hago son totalmente diferentes y aunque hay una característica común en la variedad, de la que intento sacar toda su expresividad, hay que tener en cuenta otros aspectos. Cada bodega tiene una tecnología, unos viñedos, unos suelos diferentes (graníticos, alcalinos, arcillosos…) y eso hace que los vinos no se parezcan.
¿Qué tienen los vinos de Valdeorras que están tan de moda?
El Godello fue una variedad residual después de la filoxera y en la década de los 70, gracias al Plan Revival (Recuperación de los Viñedos de Valdeorras) que hizo Horacio Fernández Presa, se empezó a reestructurar mucho. Hubo una época, a principios de los 90, en donde sí había Godello pero parecía que no tenía mucha salida, era una variedad poco conocida, pero desde hace unos años estos vinos están siendo muy demandados internacionalmente y cada vez más son más solicitados en el mercado nacional. La Mencía, por su parte, siempre ha estado ahí.
¿Y la variedad Godello, que la hace tan especial cuando se cultiva en tierras gallegas?
Para mí es la Variedad con mayúsculas y en esta zona viene marcada por el clima y el suelo. Valdeorras es hoy por hoy la zona gallega que menos pluviometría y mayor insolación tiene, y quieras o no son influencias que marcan el ciclo vegetativo de la vid y que le aportan calidad y diferenciación. En esta comarca hay cinco tipos de terreno que dan otros tantos tipos de vinos diferentes.
¿Se nota ya en esta zona el efecto del cambio climático?
Sí, por supuesto. Este año, aparte de la sequía, las horas de insolación y el calor, la vendimia se ha adelantado casi un mes. Yo recuerdo que cuando llegué aquí, la vendimia se hacía a finales de septiembre o en la primera semana de octubre y ya llevamos unos cuatro o cinco años en los que esto se está adelantando y mucho. Este año, en el que empecé la vendimia el 23 de agosto, también fue algo problemático por el tema de las heladas, lo que nos obligó a hacer dos vendimias, incluso tres en algunas zonas. Así que esta última vendimia fue larga, pausada y muy adelantada y eso es debido al cambio climático.
Hay lugares de Galicia en los que este cambio les está beneficiando, ¿es el caso de Valdeorras?
Aquí no, en Rías Baixas les está beneficiando en el tema de las enfermedades, al no haber la humedad que tenían o incluso al haber un exceso de calor hay menor incidencia de enfermedades en la vid. Aquí, la maduración tiene que ser lenta y constante y este tiempo te obliga a adelantar la vendimia para que no haya un salto en la graduación del vino. Además, no hay que olvidar que la Godello es una variedad de ciclo corto. Por ello, la tendencia actual en Valdeorras está encaminada a hacer plantaciones a más altitud.
¿Qué características debe tener un buen enólogo?
Sobre todo hay que tener cariño por la profesión, eso es fundamental. Los vinos para mí son como mis hijos y quiero que sean lo mejor posibles, a veces lo logras y otras no tienes tanta suerte
¿Hacia dónde van los vinos, mayor frescura, personalidad…?
Se buscan vinos más frescos en cuanto al equilibrio de la acidez y el alcohol, vinos más comerciales. Se está tendiendo a eso porque ahora mismo no se hacen vinos para comer, sino vinos para el chiquiteo, que sean más fáciles de beber.
¿Qué tipo de vinos le gustan?
Yo soy un enamorado de los blancos y también de los rosados.
¿Le gustaría hacer un rosado?
Sí, claro, un rosado tiene la frescura de un blanco, pero también tiene muchas propiedades de un tinto. A mí me gustan mucho.
En 2010 realizó un estudio para ver la influencia de la pizarra en la fermentación de la variedad Godello. ¿Cuáles fueron las conclusiones?
Se comenzó a hacer algo pero no se llegó a concluir. A mí la verdad es que el resultado organoléptico me gustó. Fue un tema que surgió un día en una vendimia hablando con la propietaria de una bodega de la mineralidad de los vinos. En ese momento pensamos que por qué no meter una infusión de pizarra, que es la otra parte de Valdeorras, y lo hicimos. El resultado me gustó mucho, eran vinos muchísimo más frescos aromáticamente y, evidentemente, de marcado mineral. El otro día vi en un documental los depósitos de granito, los depósitos de cemento tan denostados en su momento y que ahora se están haciendo… son cosas que aportan bastante al vino. En su momento hablamos con una empresaria para ver la posibilidad de hacer un depósito de granito y era bastante complicado, pero no dijeron que no. Así que es algo que no descarto.