Vinos con personalidad

«Las personas y los vinos se comportan de una forma muy parecida, el tiempo les da complejidad»

La marcha forzada de Pablo Vidal de la Denominación de Origen Ribeiro, en la que ocupaba el cargo de director técnico, fue la “comidilla” del sector del vino durante varios meses. Han pasado unos años desde entonces y Vidal, que asegura haber pasado página, ha trasladado esa intuición y buen hacer que siempre le caracterizaron a un proyecto singular: “Vinos con personalidad”. De su empresa han salido cuatro marcas (Maldito, Renacido, Luxuria y Rock and Roll) que han cosechado muy buenas críticas entre los críticos especializados. Son vinos con carácter, especiales, de los que invitan a descubrir más y que son fiel reflejo de su autor, un profesional que consiguió que la etapa profesional más difícil de su vida diera paso a la más apasionante.

 

Hábleme del proyecto “Vinos con personalidad”, ¿en qué consiste?

Este proyecto nació con el objetivo de desarrollar vinos que marquen la diferencia dentro de la zonas tradicionales de producción vitícola de Galicia. Después de un análisis pormenorizado de suelos, de exposiciones y de variedades en cada zona geográfica, he intentado hacer vinos que extraigan lo máximo posible del entorno agroclimático, aprovechando la naturalidad con la que se producen las variedades autóctonas y potenciando así esa naturalidad en los vinos, que es una de mis premisas. Quiero hacer los vinos más naturales y espontáneos que sea posible. Por otro lado, otro de los objetivos de este proyecto es obtener vinos de largo recorrido, que se hagan con tranquilidad, despacio, en la bodega, utilizando técnicas enológicas que no identifican al vino (lías, barricas, maceraciones…), pero que permiten extraer la parte que más me interesa de las uvas. Intento modificar o alterar esas técnicas en función de cómo venga la cosecha para obtener vinos de largo recorrido. Para mi proyecto busco elaboraciones que crezcan con el tiempo y que mejoren en la botella durante muchos años, que las podamos abrir pasado un tiempo y que nos sorprendan y generen un aspecto más cultural alrededor del vino, no sólo un aspecto enólico. 

En este sentido, defiendo que hay que desterrar un poco esa idea de que los vinos en Galicia tienen que ser jóvenes, no creo que haya que respetar esa premisa. Yo creo que Galicia puede ser una de las grandes zonas productoras de los vinos de guarda. 

¿Por qué de guarda?

Los llamo de guarda porque no creo que se puedan englobar dentro de las grandes categorías de Crianza, Reserva o Gran Reserva, que entiendo que están obsoletas. Se pueden hacer vinos de largo recorrido sin tener que cumplir con esos mínimos preestablecidos por la Administración a la hora de elaborar. Me gustan los que con el tiempo ganan complejidad, se afinan y se convierten en algo más que “joven, fresco y afrutado”, que es lo que habitualmente podemos observar en los vinos de Galicia que, por otra parte, son magníficos. Creo que con eso estamos quizás perdiendo la oportunidad de darles un valor añadido y una diversidad, por no aprovechar las capacidades que tiene nuestro entorno agroclimático y las uvas autóctonas que están perfectamente adaptadas a ese entorno.

Para los que no le conozcan, Pablo Vidal fue director técnico de la D.O. Ribeiro, organismo para el que trabajó  durante 18 años. ¿Qué queda de su paso por el Consello Regulador?

Lo que queda es todo el conocimiento adquirido a lo largo de ese tiempo. Yo hice una Ingeniería Agrónoma, no estudié enología, pero me gustaba el vino, me parecía y me sigue pareciendo mágico. Cuando tenía veintipocos años luché todo lo posible por acceder al sector del vino y a lo largo de mi estancia en la D.O. me empapé de este mundo, es por ello que quizás hoy tenga la visión, la experiencia e intuición que me permiten desarrollar, o intentarlo, estos vinos tan especiales de los que te hablaba. Es con lo que me quedo de ese periodo.

 

Dicen que de lo malo, siempre sale algo bueno, incluso de  una temporada convulsa a nivel laboral como la que vivió nació ese proyecto del que hablamos hoy. ¿Le costó mucho tomar la decisión de elaborar sus vinos ?

Realmente era algo que tenía bastante pensado, otra cosa es que me costara dar ese paso, pero dadas las circunstancias laborales que se produjeron, no me lo pensé dos veces. Aprovechando la indemnización que me correspondía, pude montar mi propio negocio  y satisfacer esa ilusión de hacer mis propios vinos de manera abierta. Soy autónomo, y aunque lógicamente me apoyo en las empresas con las que colaboro, al final todo el proceso es seguido hasta el milímetro por mí, así que es un trabajo laborioso, delicado, pero muy interesante y satisfactorio, sobre todo cuando salen bien las cosas. También es cierto que hay sustos de vez cuando, porque en el desarrollo de estos vinos, sobre todo en los comienzos, hay que correr riesgos y la intuición a veces no es infalible. Pero en general, tanto a título personal como profesional, esto ha sido muy satisfactorio. El vino, además de mi medio de vida, es mi pasión.

Ahora mismo tiene en el mercado cuatro marcas: Maldito, Renacido, Luxuria y Rock and Roll. ¿Son vinos que expresan el momento vital en el que fueron hechos?

Sí, todo ellos, pero sobre todo los dos primeros reflejan muy bien una situación personal y profesional, son vinos que muestran ese aspecto sentimental. Los otros dos, también, pero tanto Luxuria como Rock and Roll se desarrollaron desde un punto de vista más extrovertido, menos serio, más rompedor con lo habitual, y reflejando un momento distinto del de los primeros. 

Para su proyecto personal apostó por las cuatro denominaciones de origen de Ourense (Ribeiro, Valdeorras, Monterrei y Ribeira Sacra), ¿para cuándo un vino de Rías Baixas?

Sí que lo tengo en mente, tanto de la D.O. Rías Baixas como un vino fuera de la denominación de origen. Pero en estos momentos, después de cuatro marcas y cuatro zonas geográficas, me lleva demasiado tiempo atenderlo todo, por lo que no tengo tiempo para atender más proyectos. Por otro lado, lógicamente tengo que recapitalizar la empresa, no puedo reinvertir todos los beneficios en un nuevo proyecto, pero es algo que tengo pensado hacer más adelante, en dos o tres años quizás.

¿Cómo le gustan a Pablo Vidal los vinos?

Me gustan los vinos con una personalidad que no sea la más común, que sean interesantes. En mis vinos busco más la complejidad que las grandes intensidades o la exuberancia, me gusta que me vayan contando muchas cosas, que vayan saliendo poco a poco distintos matices, que vaya cambiando en la copa, que sean entretenidos, por decirlo de alguna manera. Muchas veces  comparo los vinos con las personas: un adolescente es muy intenso, pero quizás no nos aporte una conversación adulta, entretenida, compleja, con la que podamos pasar un  buen rato. Y yo busco más esa parte, esa madurez emocional, esa parte de conocimiento, de saber estar que te permita esa larga conversación y te satisfaga. Eso lo traslado a los vinos, porque al final las personas y los vinos se comportan de una forma muy parecida, los vinos necesitan de esa exuberancia inicial, de ese poderío, para que luego con el tiempo vayan redondeándose dentro de la botella, se vayan puliendo. Igual que las personas.

¿Es por esa búsqueda de la complejidad por lo que todos sus vinos son plurivarietales?

El utilizar una mezcla de variedades responde a dos cosas, una que es la que has dicho, y otra porque me permite  crear más fácilmente desde el viñedo el vino que quiero, analizando cuál es la mezcla de variedades más oportuna para encontrar el equilibrio y la complejidad. Ahí entran no sólo la mezcla de variedades, sino también de exposiciones y de suelos.

¿Dónde podemos comprar o encontrar sus vinos, además de en su página web (www.vinosconpersonalidad.com)?

Además de la web y en otras páginas de venta de vinos online, se pueden encontrar en vinotecas de Galicia, en  Madrid, Barcelona, Asturias… Y también se están comercializando en Estados Unidos y en Dinamarca. 

¿Cómo ha sido lo de vender en Estados Unidos?

Fueron surgiendo oportunidades de forma espontánea, de gente a la que le gustaron los vinos. En realidad en el caso de Estados Unidos y Dinamarca se pusieron ellos en contacto conmigo, no respondió a una labor comercial. 

¿Según su experiencia, los gallegos sabemos beber o nos cuesta probar cosas nuevas?

Creo que empieza a haber esa tendencia de probar cosas nuevas, de aceptar que un vino tenga dos o tres años y que lo pruebes a sugerencia de un sumiller. Vamos poco a poco, no estamos aún al nivel de otros países porque creo que tenemos complejos y hábitos adquiridos que en otras zonas no sucede, sobre todo fuera de España. Eso de que te pongan un vino de dos o tres años y preguntes si tienen de una cosecha más reciente, eso fuera no sucede jamás. Sin embargo aquí aún está implantado en la gente y a priori sí hay un cierto rechazo, luego los prueban y les gustan mucho. Hay que dar un pequeño paso adelante y eso es cosas de todos porque el consumidor pide lo que le trasladan. Hacen falta años de educación y cuesta mucho cambiarlo, unido a que no hay una apuesta decidida  por parte de muchos elaboradores por sacar este tipo de vinos adelante.

¿Por qué no interesa?

Entiendo que para las bodegas más o menos grandes, guardar un vino varios años resulta costoso, tienes un inmovilizado importante. Pero poco a poco se irá adaptando el paladar de los consumidores a estos nuevos vinos y los demandarán. 

¿Se sigue sintiendo un maldito?

No, ya no. Realmente hoy en día tengo muy buena relación con la gente que está ahora en el Consello Regulador, hablo a menudo con ellos. Yo sé que en aquel momento se alinearon varios planetas durante unos meses que permitieron que sucediera aquello. Yo me he sentido muy arropado, sobre todo por los ‘colleiteiros’ y muchas otras bodegas, y posteriormente por la nueva directiva del Consello Regulador. He pasado página, efectivamente hay personas a las cuales no les tengo ningún aprecio, más que nada porque jugaron sus cartas de una forma deshonesta y traicionera, pero sólo fueron unas pocas personas. Para mí el Ribeiro sigue siendo una zona muy querida y que siempre defenderé.